Se espera que hasta mediados de este siglo, las temperaturas sigan en aumento de unos 0,42 grados por década, así que, en esa medida, los viñedos podrían verse afectados dependiendo de su ubicación geográfica, es decir, los que se encuentren en zonas frías pueden experimentar efectos positivos, pero los que están en lugares secos o cálidos, la calidad de las uvas e incluso el producto final podrían verse afectados.