Durante varias décadas, el vino blanco fue relegado a ser el hermano más pequeño del vino tinto. Básicamente se limitaba al vino blanco a acompañar pescados o mariscos o, si acaso, alguna persona lo podía tomar de aperitivo, antes de degustar un exquisito menú que siempre se acompañaba con el vino tinto.
Bodegas Javier Sanz es símbolo de tradición, cinco generaciones que han estado activas por más de 150 años lo confirman. La conservación de los viñedos prefiloxéricos junto con la recuperación de variedades extinguidas ha sido su bandera.