Tradición vitivinícola y recuperación del enoturismo en la zona del Sur del Occidente de Asturias

Tradición vitivinícola y recuperación del enoturismo en la zona del Sur del Occidente de Asturias

La tradición vitivinícola en el Sur del Occidente de Asturias se remonta a siglos atrás, cuando los monjes benedictinos comenzaron a cultivar vides en los viñedos de la zona. Sin embargo, a lo largo del tiempo, fueron desapareciendo debido a diversos factores, como la industrialización y la emigración rural. En las últimas décadas, gracias a la iniciativa de productores apasionados, se ha evidenciado un renacimiento de la viticultura en la región.

La zona del Sur del Occidente de Asturias, cuenta con una rica tradición vitivinícola que ha experimentado una notable recuperación en los últimos años, impulsando el desarrollo del enoturismo en la región. Una de las bodegas destacadas en esta área es Siluvio Bodegas y Viñedos, cuyo compromiso y trabajo han contribuido significativamente a revivir esta industria.

La recuperación del enoturismo ha generado un impacto positivo en la economía local, incentivando el desarrollo de otros negocios relacionados como restaurantes, alojamientos y tiendas especializadas. Además, ha contribuido a la preservación de la tradición vitivinícola y al fortalecimiento de la identidad cultural de la región. 

Para conocer más sobre la tradición vitivinícola, cuáles bodegas la han recuperado y mucho más, te sugerimos leer este nuevo artículo.

Asturias: ¿Sidra o vino?

Es cierto que en muchos lugares de la comunidad se produce la sidra, conocida como la bebida típica, tradicional y casi sagrada de los asturianos. Pero, no hay que olvidar al magnífico vino de Cangas, un acompañamiento perfecto para los manjares de la maravillosa y suculenta gastronomía asturiana, para muchos la mejor del mundo.

Este vino distinguido con la D.O.P. Cangas, se produce en los Concejos de Cangas del Narcea, Allande, Ibias, Grandas de Salime, Pesoz, Illano, Tineo y Degaña. Estos espacios se caracterizan por tener un microclima propio, lo cual les permite cumplir con las condiciones climáticas adecuadas para el crecimiento de la vid. En estos lugares se dan inviernos fríos, veranos calurosos, alta humedad, menor cantidad de precipitaciones y mayor sol con respecto al resto de Asturias.

Historia a través de las bodegas y museos

Bodegas de la zona que han resucitado la tradición vitivinícola

Siluvio Bodegas y Viñedos

Siluvio Bodegas y Viñedos es una de las bodegas líderes en este proceso de recuperación. Fundada en 2017, se ha dedicado a la producción de vinos de calidad, al igual que a la promoción del enoturismo en la zona. Su compromiso con la tradición local y el respeto al medio ambiente ha sido fundamental para su éxito.

La bodega Siluvio se encuentra en un entorno privilegiado, rodeada de hermosos paisajes montañosos, muy cerca de los ríos Navia y Esva. Estas condiciones tanto geográficas como climáticas favorables, combinadas con la experiencia de los viticultores locales, han permitido el cultivo de variedades autóctonas como la albarín blanco, albarín tinto, carrasquín y verdejo negro.

La recuperación del enoturismo en la zona del Sur del Occidente de Asturias ha sido un proceso gradual pero exitoso. Siluvio Bodegas y Viñedos ha desempeñado un papel importante al abrir sus puertas al público, ofreciendo visitas guiadas a sus viñedos y bodegas, donde los visitantes pueden aprender sobre el proceso de elaboración e incluso degustar los vinos locales.

Además de las visitas, Siluvio organiza diferentes actividades relacionadas con el vino, como catas o maridajes, promoviendo así la tradición vitivinícola, así como también la gastronomía local. Estas iniciativas han atraído a turistas y amantes del vino, quienes pueden disfrutar de una experiencia enológica única en un entorno natural.

Bodegas Señorío de Ibias

Las bodegas Señorío de Ibias han desempeñado un papel destacado en la resurrección de la tradición vitivinícola en la región de Ibias, situada en la provincia de Asturias. Durante décadas, esta área había perdido gran parte de su legado vitivinícola debido a la emigración y a la falta de inversión en la producción de vino. Sin embargo, gracias al esfuerzo desmedido de las Bodegas Señorío de Ibias, la región está experimentando un renacimiento en la producción de vino, pero también en la preservación de su patrimonio vinícola.

Las Bodegas Señorío de Ibias se fundaron en 2001 con el objetivo de recuperar las variedades de uva autóctonas para así revitalizar la viticultura en la zona. La empresa se enfocó en cultivar variedades como la albarín Blanco, carrasquín y verdejo negro, que habían sido prácticamente olvidadas en la región.

Uno de los principales desafíos a los que se enfrentaron fue la recuperación de las viñas abandonadas, así como la restauración de los métodos tradicionales de cultivo. Para lograrlo, trabajaron en estrecha colaboración con los agricultores locales, brindando asesoramiento técnico y apoyo financiero para revitalizar los viñedos.

Por si fuera poco, las bodegas invirtieron en tecnología moderna y equipos de vinificación de alta calidad para garantizar la producción de vinos de excelencia. Esto les permitió elaborar bebidas capaces de reflejar la autenticidad y el carácter único de la región de Ibias.

El esfuerzo de las Bodegas Señorío de Ibias ha tenido un impacto significativo en la economía local, generando empleo e inclusive revitalizando el turismo en la zona. Los vinos producidos por la bodega han obtenido reconocimiento en concursos nacionales e internacionales, lo que ha contribuido a posicionar a la región de Ibias en el mapa vitivinícola.

Por si fuera poco, estos espacios se han comprometido con la sostenibilidad y la preservación del entorno natural. Para ello, han implementado prácticas agrícolas respetuosas con el medio ambiente, promoviendo la conservación de la biodiversidad y el uso responsable de los recursos naturales.

Bodegas Monasterio de Corias

Las bodegas Monasterio de Corias han desempeñado un papel destacado en la resurrección de la tradición vitivinícola en la región de Cangas del Narcea. Ubicadas en el antiguo monasterio benedictino de San Juan Bautista de Corias, estas bodegas han revivido la producción de vinos en un área que alguna vez fue conocida por su riqueza vinícola.

El monasterio de Corias, con una historia que se remonta al siglo XI, fue durante siglos un importante centro vitivinícola. Sin embargo, la tradición vinícola en la región disminuyó a lo largo de los años debido a diversos factores, como la emigración y la falta de inversión en el sector.

A mediados de la década de 1990, el gobierno regional de Asturias decidió restaurar el monasterio de Corias para convertirlo en un hotel de lujo y un centro cultural. Como parte de este proyecto, se incluyó la recuperación de los viñedos con el objetivo de garantizar la producción de vinos en las bodegas del monasterio.

Para llevar a cabo esta tarea, se trabajó en estrecha colaboración con expertos en viticultura y enología. Se realizaron inversiones significativas en tecnología moderna y se implementaron técnicas de cultivo y vinificación que se adaptan a las características únicas del terroir de Cangas del Narcea.

Las bodegas Monasterio de Corias se enfocaron en recuperar tipos de uva, como albarín blanco, al igual que la verdejo negro. Estas variedades, que se habían cultivado durante siglos en la región, fueron redescubiertas, por lo que se convirtieron en la base de los vinos producidos en la bodega.

El trabajo realizado en este lugar, ha tenido un impacto significativo en la economía local y en la promoción del turismo en la región. Los vinos producidos han obtenido reconocimiento tanto a nivel nacional como internacional, lo que ha contribuido a posicionar a Cangas del Narcea como una denominación de origen emergente en el panorama vitivinícola.

Además de la producción de vino, el monasterio de Corias se ha convertido en un importante destino enoturístico. Los visitantes pueden disfrutar de tours por las bodegas, catas de vino, pero también experiencias gastronómicas que resaltan la tradición vinícola de la región.

Bodegas Vitheras

Esta bodega nació en 2014, después de realizar un trabajo arduo para recuperar las variedades de uvas autóctonas asturianas. Sin embargo, los viñedos de VITHERAS, cuyo significado de las siglas es Viticultores Heroicos Asturianos S.L; se han dedicado al cultivo de la vid desde el año 1556.  

La llegada de la minería del carbón en la década de 1950 generó la desaparición de la zona vitivinícola. En ese mismo, dos acontecimientos estaban: sucediendo la guerra civil, y las enfermedades de diferentes tipos de uva como Mildiu, Oidio y Filoxera en el viejo continente. Como consecuencia de estas circunstancias, se produjo una caída casi absoluta en el viñedo, pero todo se fue restaurando en la década de los 80. Durante ese período, la investigadora del CSIC, Doña Maria del Carmen Martínez Rodríguez inició una investigación con la familia de Vitheras para recuperar esas variedades autóctonas.

La investigación científica en cuestión significó la vuelta de las siguientes variedades: carrasquin, albarin negro, albarin blanco, mencia, verdejo negro y moscatel de grano menudo.

En los últimos 30 años, la familia tomó la decisión de recuperar los viñedos para compartir la tradición vitivinícola, así como la historia que tienen estos espacios, la cual se ha ido transmitiendo de generación en generación; además de ofrecer un vino único con la mejor calidad.  

Cabe destacar que se han caracterizado por desempeñar la viticultura heroica debido a su ubicación en los valles de Cangas del Nacea. Las variedades de uva que allí se cosechan tienen una alta capacidad de adaptación a las condiciones climáticas y por supuesto al clima; motivo por el cual se producen bebidas reconocibles por su alta calidad. Dos de estas son Vitheras Blanco y Vitherasl Lucía Rosado.

Bodegas la Verdea

Creadas en 2019, se encuentran ubicadas entre las montañas de Puenticiella. Cuenta con pequeños viñedos que tienen extensas laderas e importantes pendientes, motivo por el cual se practica la viticultura heroica en ese lugar.

Allí se cultivan cepas de gran antigüedad, las cuales han sido capaces de superar la filoxera que acabó con todo el cultivo de vid en 1889. Luego de ese año, se empezaron a plantar frutos de nuevo para recuperar los viñedos.

Es preciso mencionar que la cantidad de uvas que se producen provenientes de estas cepas tan antiguas son muy limitadas, solamente se alcanza a cosechar 1 kilogramo por cepa. Por ese motivo, los vinos son de la mejor calidad. Dos de sus vinos de excelencia son el Albarín Blanco y el Carrasquin Albarin Tinto.  

Museo del vino de Cangas del Narcea

Los museos también son capaces de rescatar la tradición vitivinícola, uno de ellos es el Museo del Vino de Cangas del Narcea. Expertos aseguran que se trata del mejor lugar para conocer la historia del ya mencionado vino de Cangas. Se encuentra ubicado en el barrio de Santiso, uno de los lugares con mayor tradición vinícola; además, en este lugar es posible encontrar algunas bodegas tradicionales.

Las afueras de la edificación representan una cesta como homenaje al pasado vinícola y rural de la zona. En su interior se encuentran varias salas en las que se explica la historia del vino; dentro del mismo lugar también se ubica una colección etnográfica hecha con los elementos que se han utilizado en la producción de la bebida desde sus inicios hasta los días actuales.

De acuerdo a la información que se puede encontrar en los salones, el monasterio de San Vicente en Oviedo cultivaba uvas desde el año 781 en las laderas del río Narcea. Además, las tierras aumentaron considerablemente entre los siglos XIII y XV.

Pero luego de una gran expansión, la plaga de filoxera se instaló en Asturias cuatro siglos después; aunque no lo creas, esta situación provocó un aceleramiento en su internacionalización y crecimiento, debido a que los viticultores sacaron ventaja de esta situación para darse a conocer como una de las zonas de mayor actividad en cuanto a producción se refiere. En su momento, llegaron a exportar a países como Argentina, Cuba y México, además conquistaron varios premios internacionales.

Después de pasar por los salones, la visita continúa con una bodega tradicional con lagar de viga en un edificio adyacente, el cual tiene alrededor de 500 años de antigüedad. Dicha edificación se encuentra rodeada de distintas variedades de uva como el albarín negro, albarín blanco, verdejo negro, carrasquín, entre otras.

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